"Cada uno es dueño de su silencio y prisionero de sus palabras"

martes, 3 de abril de 2012

Flores en el camino...

Recuerdo que eran las casi las 7 de la tarde, Martes, yo corría de un lado a otro, para variar. Ese día abandonaba Ciudad Vieja y debía ocupar el tiempo suficiente, previo, a la siguiente obligación del día.

Hacía calor... mucho calor, el pretexto justo para hacer una escala obligada por mi casa, bañarme y volver a salir, pero no lo suficientemente extensa para que la pereza me invadiera y me impidiera continuar con el resto de las actividades que debía llevar a cabo.

Decidí caminar por 18 de Julio, y es necesario aclarar que no es de mi total agrado deambular por dicha avenida... o al menos hasta ese día. Estaba totalmente colmado de gente, como de costumbre, a esa hora en esa parte de la ciudad. 

Decidí colocarme los auriculares y caminar, escuchando una y otra vez la misma canción... una de mis tantas manías, debo confesar.

Recuerdo que entre repetición y repetición, me detuve a prestarle atención a la gente la cual cruzaba en mi camino,  me extrañó que no lo hubiera hecho antes. Es interesante lo que puede verse una tarde de jueves marzo...

Ojos grandes, abiertos, como los de un niño, caminando tan lento como podía, observando.. solo observando.

A lo largo del camino, las caras de aquellos que me cruzaban solo reflejaban espera, tal vez la espera del bus que los retorne al hogar, la de la buena noticia, o tal vez simplemente la del cambio, esa luz en el horizonte que nos brinda, finalmente, la alegría que el día aún no había entregado.

Solo vi 5 personas reír, a carcajadas, me pareció un poco triste.

Sin embargo, algo llamó mi atención duante aquel recorrido. Cerca de la plaza del Entrevero, en mitad de 18 de Julio, un chico se encontraba ansioso, una cuota de nerviosismo lo envolvía pero allí estaba, esperando, y en sus manos, un gran ramo de rosas. Que suerte!, pensé, sin duda alguien recibirá una sorpresa hoy. Esas rosas eran, tal vez, el único colorido que cambiaba el paisaje de aquella ciudad tan acelerada y tan gris.

Llegué a casa finalmente, me bañe, me cambié y volví a salir... la música no dejaba de sonar en el auricular.

Cuando volví a retomar 18 de Julio, algo nuevamente llamó mi atención... eran las rosas, otra vez las mismas rosas, las cuales habían abandonado el centro y se dirigían lentamente hacia el obelisco,  pero se encontraban en manos de alguien más: una chica, morocha, muy bonita y con una sonrisa que solo quería escapar de su rostro, a su lado... el mismo muchacho, también con una sonrisa, tal vez mayor que la de ella.

Caminaban despacio, uno muy cerca del otro, ella abrazada a las flores, por supuesto. Parecía que ni el ruido ni la muchedumbre les afectaba, mucho menos el tiempo, que sin lugar a dudas se había detenido para ellos.

Cualquiera de nosotros podríamos convertirnos en el chico ansioso de las rosas, supongo que otros tantos podríamos ser la chica que camina feliz por 18 de Julio... lo complicado de esta historia, son simplemente las rosas, que al final del día son los que nos roban la sonrisa...


4 comentarios:

  1. Ay... quiero ser la chica de las rosas!

    ResponderEliminar
  2. En realidad quiero ser rosa... me encantaría llegar a ser alguien que le saque la sonrisa tanto a quien me tiene como a quien me ve causarle felicidad a alguien mas...

    ResponderEliminar
  3. Impresionante historia...y tú fuiste probablemente el único observador testigo de tan simple y mágico momento. Es como si alguien reprodujera una película de Hollywood en la vida real!!! jajaja

    A veces somos poco concientes de nuestro alrededor, no tenemos tiempo para levantar la mirada y procesar lo que pasa ante nuestros ojos. Tampoco es fácil...algunos tenemos miedo a tropezar y caer, así que nos preocupamos por donde pisamos unicamente.

    Me recordaste lo que es mirar más allá de mi propio "mundo"...y que las cosas pueden darse, con un poco de paciencia y mucha suerte tal vez ;)

    Además, nunca había visto ese video, aún cuando me encanta esa canción. Lo que me recordó "desempolvar" los discos de Nickelback y rememorar algunos clásicos. En este momento, el que resuena en mi cabeza es "Gotta Be Somebody".

    PD: Increíble que vos hagas lo mismo que yo...repetir una y otra vez una misma canción, cuando por fin encuentras que es la adecuada para ese momento de tu día. jajaja

    ResponderEliminar